Un día, de repente, tus años jóvenes se han convertido en el tema 12 del libro de Historia de tus hijos. Y tú, ¿qué coño sabes tú de todo aquello? ¿Te enteraste de algo? ¿Qué recuerdas? Los guardias saliendo por la ventana del Congreso de los Diputados. El SIDA en las noticias. Los dos últimos títulos de Liga del Athletic de Bilbao. Los socialistas en el gobierno casi cincuenta años después y colorín, colorado, la transición ha terminado. Adolfo Suárez y el CDS. El centro, aquél refugio. Alfonso Guerra, Ronald Reagan, Margaret Tatcher, Gorbachov y Tierno Galván. El recurso previo de inconstitucionalidad. Aplauso y La Juventud Baila. Tequila, Secretos, Radio Futura, Gabinete Caligari, Nacha Pop, Glutamato Ye–Yé y Los Toreros Muertos. La Bola de Cristal. El bombazo nuclear de Chernobyl. La quinta del Buitre y las cinco Ligas consecutivas del Real Madrid. El Mundial de México y los cuatro goles de Butragueño a Dinamarca. Algunos países que ya no existen y se llevaban un montón de medallas en los Juegos Olímpicos. La caída del muro y de todo lo que había detrás. Y casi todo por la tele. ¿Guardaré yo un trozo de mi juventud para dárselo a mis hijos cuando me pregunten?
Inif, hielo azul, de M.D. Álvarez
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Su mirada era fría como el hielo, pero aún tenía algo de humanidad. A penas
sentía el frío; era la última de su especie. Había luchado valientemente
c...
Hace 1 día
5 comentarios:
Seguro que sí, en tu memoria.
Salvo los recuerdos futbolísticos, el resto está muy presente en mi cabeza y supongo que en la de la mayor parte de la gente de mi quinta, especialmente las canciones.
Seguro que el amigo Bernard de Cloppenburg lo recuerda perfectamente. Vivía en Berlín y acababa de cumplir 26 años cuando cayó el muro. El año antes, estuvimos con él en un lado, vimos los graffiti. También vimos las alambradas y las torres de vigilancia con soldados armados en el otro lado, pero sin poder acercarnos. Una joven pareja acababa de escapar por el río, se habían jugado la vida.
Yo no tengo un trozo, pero ninguno de nosotros lo olvidará.
Por cierto, es muy bueno, lo había leído ya. Tu entrada también lo es. Hoy he visto compromiso.
El cuento es magistral. Un talento como el de Sam Shepard es el que nunca se puede dar por supuesto. Da igual dónde ponga la mano, casi siempre lo borda. La entrada sólo es un brochazo, un apunte de las muchas cosas que el cuento puede sugerir. No son magnitudes comparables, pero nunca una comparación fue menos odiosa; el solo hecho de emplear los mismos términos para las dos cosas ya es un elogio mayúsculo. Para mí, claro.
Eloy. El penalty de Eloy.
Eso sí que es historia. Afortunadamente
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