El río de la vida: cómo bebérselo

09 marzo 2009

Los años transcurren cada vez más deprisa. O eso parece. Yo creo que es una cuestión de proporcionalidad: cada año que pasa es una parte proporcionalmente más pequeña de nuestra vida, y eso lo hace parecer menos tiempo. Mi amigo Antonio, sin embargo, sostiene que es un problema de uniformidad, incluso de cierta monotonía: los años, y cada uno de sus trescientos sesenta y cinco días, son cada vez más parecidos. Cada vez pasamos por ellos más deprisa, como un tema que ya hemos repasado varias veces. Bueno, quizá los dos tengamos parte de razón. Incluso es posible que los años sean, de verdad, cada vez más cortos. Quién sabe. El caso es que esa absurda aceleración entraña ciertos riesgos. Un lunes detrás de otro. Un desayuno detrás de otro. Un fin de semana detrás de otro. Una liga detrás de otra. Un otoño detrás de otro. Ciclos. Cada vez se cierran antes. Y cada vez es más difícil distinguirlos. A veces encontramos ligeras variaciones sobre el mismo tema. Leves hitos que, con el paso de los años, nos cuesta más y más trabajo situar. ¿En qué año cambié de trabajo? ¿En el noventa y nueve o en dos mil? ¿Hace ya diez años que nos vinimos a vivir aquí? No, doce. ¿Cuántos años hace que se casó tu hermano? ¿Ha pasado ya un año y medio desde la operación? ¿Fue hace dos años cuando estuvimos en Roma? ¿O hace tres? En realidad, nunca hemos ido a Roma. Pero eso también nos pasará, ya verás. Jornadas laborales. Comidas familiares. Cenas con los amigos. Fiestas de fin de año. Y copas. Muchas copas. Y cuando te quieres dar cuenta, te has bebido la vida de un trago. O de varios. Tragos largos. O simplemente, largos. Unos cuantos largos.

6 comentarios:

anselmo dijo...

Ahora yo me doy cuenta que mi vida pasa como un suspiro. el problema es que mi vida la mido de lunes a lunes....mierda.

supersalvajuan dijo...

Si a este mundo hemos venido a sufrir, a mí que me pongan otro gintonic.

Unknown dijo...

Me cagontó.-

Ya la película me dejó un mal sabor de boca, también es verdad que se recrea mucho más en la desgracia de Neddy/Burt Lancaster, hasta dejarte sin aliento, literalmente hecho mierda, y no tenía pensamiento de volver a experimentarlo. Es como aquélla de Begnini en la 2ª guerra mundial, o la de Schindler.- Las compré, pero aún no les he quitado el precinto, no estoy preparado para volver a verlas.

¿qué me pasa, doctor?

Raúl Ciriza dijo...

Me apunto a lo del gintonic.

Por cierto, como cuentas, cada año que pasa es una parte más pequeña de nuestra vida. Pero también una parte mayor de la vida que nos queda por vivir. Esto quiere decir que cada año pasa más rápido, y encima nos comemos un trozo más grande de la tarta de nuestra vida.

Eso es doble aceleración, no?

Que sean dos gintonics.

anselmo dijo...

A mi, no se que pasa, que me vuelan los dias...excepto los fines de semana que directamente ni me entero

Anónimo dijo...

Estoy mas de acuerdo con la teoria de la uniformidad. De cualquier forma, el caso es vivir y si hay que hacerlo rápido para que no se escape, se hace. Lo importante es el como.

Diario

Diario de un escritor aficionado y perezoso

Banda Sonora

La pequeña historia musical de este Blog

Archivo

Seguidos

Seguidores

 
Vivir del cuento © 2008 Foto y textos, Leandro Llamas Pérez - Plantilla por Templates para Você