Buen intérprete, el amigo Enrique. O artista ejecutante, que dirían nuestros celosos garantes de la propiedad intelectual. Esta canción está desversionada, quién la versionará, el versionador que la versione, buen versionador será. Enrique, fijo. Ya pasó varias veces por aquí, y aún no nos dejado nada suyo. Y lo que te rondaré, morena. Y mira que escribió canciones, y buenas, y nadie las cantaba como él. No le dejaremos escapar sin que nos tararee alguna. Pero es que cuando cantaba las de los demás… joder, hay que reconocer que les daba un punto. Un punto melancólico, un punto taciturno, un punto de tristeza, un punto de amargo desconsuelo. Bueno, vale, eso son varios puntos. El caso es que lo hacía mejor que bien. A veces, incluso, en buena compañía. Ay, Enrique, cuántas luces dejaste encendidas… yo no sé cómo voy a apagarlas. Ni a pagarlas, que tampoco es cualquier cosa.
La empresa de sillas. Primera temporada.
-
Al poco de empezar a ver la primera temporada de La empresa de sillas nos
damos cuenta de que ese personaje, sobre el que gira todo (menos la silla
que ya ...
Hace 20 horas
1 comentarios:
cuando hay queu pagarlas uno preferiría mejor apagarlas, claro.
Sabés que es eso de Enrique?
su voz. su voz está tortuosamente cargada de sentimiento.
Buen blog.
Saludos!
Publicar un comentario