Se puede

28 noviembre 2008

Vivir con él o sin él. Hacer locuras por él. Matar o morir por él. Incluso morir de él. Pero también vivir de él, por supuesto. Ellos lo hacen. Belén Esteban, Darek, Genoveva Casanova e Isabel Preysler. Jaime Cantizano, Jesús Mariñas o Ana Rosa Quintana. Corín Tellado y Antonio Gala. Jazmín y La Sonrisa Vertical. Julio Iglesias o Luis Miguel. Hugh Hefner. Celia Blanco y Nacho Vidal. Daniela, costarricense, 22 años, morena, 120 pecho, simpática, sin prisa, complaciente, francés y griego, invito copa. Meetic o Match. Pronovias, Tous, Tiffany’s, Interflora, Victoria’s Secret y El Corte Inglés. Ay Andrelo… ¿pero quién te dijo que no se puede vivir del amor?

Eternamente joven

18 noviembre 2008

De los faraones a los buscadores del Santo Grial, de Julio Iglesias a los Rolling Stones, una legítima aspiración del hombre maduro. Es decir, precisamente del que ya no es joven. Modus operandi. Póngase al servicio secreto de Su Majestad y adopte como identidad profesional un prefijo telefónico. Tenga un pensamiento feliz, rocíese con polvo de hadas, tome la segunda estrella a la derecha, y al llegar, cíñase una espada corta a la cintura e incorpórese como miembro de número a la trouppe de los niños perdidos. Hágase embalsamar como Dios manda y espere pacientemente la resurrección de los muertos. Encargue un buen retrato al óleo y confíe en que asuma sus años, sus errores y sus pecados. Si a primera vista nada de esto le parece factible, pero no quiere recorrer el último tramo de su existencia huyendo penosamente de un reloj que funciona intacto en el estómago de un cocodrilo hambriento (tic, tac, tic, tac), siempre le queda la opción de caminar por el lado más salvaje de la vida. Monte una banda de Rock & Roll, calce una buena chupa de piel con abundante provisión de cremalleras o largos y ostentosos flecos, practique la promiscuidad sexual, perfórese algún apéndice y decórelo con aros o brillantes, vista camisetas con leyendas transgresoras, regálese un descapotable color amarillo níspero, tatúese un cilicio espinoso circundando su brazo izquierdo, venda su cuerpo si recibe una buena oferta, báñese desnudo en el mar, escriba cuentos, trasiegue ginebra o whisky de primera calidad en pequeñas pero continuas dosis, consuma drogas de diseño, publique un blog. A veces consigues engañarte y crees a pies juntillas que estás en tu mejor momento, que aún no eres viejo. Y a veces ni siquiera llegas a serlo.

Un paso al lado

16 noviembre 2008

Para no salir en la foto. O para salir. Para esquivar un disparo. O un peligro. O muchos. Para quitarse de en medio. Para ceder el paso. Para adelantar. O para cambiar de carril. En cualquier caso, el riesgo que uno asume al dar un paso al lado es el de no poder recuperar el sitio. El de no poder volver al carril. Wakefield, un paso al lado.

1986

12 noviembre 2008

Entrando en la CEE. En casa, un viernes por la noche, viendo Turno de Oficio. Explotando en el Challenger. Intentando salir con aquella compañera de clase, sin éxito, por supuesto. En Estocolmo, asesinando a Olof Palme. Apurando la noche al calor del amor en un bar. Votando contra lo que sea en el referéndum de la OTAN. Radiactivamente contaminado en Chernóbil. Viendo Las vacaciones de Monsieur Hulot a las tres de la madrugada, entre tema y tema de Derecho Político. En Sevilla, marcándole un penalty a Urruti. Naciendo, quizá. Tal vez en un entierro, en el de Sterling Hayden, en el de Cary Grant o en el de Borges, o más cerca, en el de Tierno Galván. Driblando a media selección inglesa o marcando un gol con la mano. Argentina 3, Alemania 2… y esto va a acabar así. ¿Dónde estabas en el ochenta y seis, cuando no sabía nada de ti?



Círculo cerrado

05 noviembre 2008

Se abre el círculo. Los planetas. Si quisieras nos podríamos juntar en la otra cara lunar, a escondidas. Son los muchachos de La Buena Vida. Yo ando en mi propio Big Bang y no sé cuándo acabará. Les acompaña J, de Los Planetas. No sé qué pensar, quiero creer que es verdad. Pero es imposible. Y además es imposible. Di la verdad: lo que necesito que me des, no me lo vas a dar. Dime de quién es el trozo de tu corazón que no puedo tener, dime por qué por más que lo estuve intentando nunca lo encontré. Ahora suena la voz de Irantzu, la chica de La Buena Vida. Lo tengo escondido en el mar para que no puedas llegar, para que te ahogues cansado de tanto nadar. Está cantando con Los Planetas. Se cierra el círculo. Si tú no me quieres tampoco te quiero yo a ti.

Diario

Diario de un escritor aficionado y perezoso

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