Déjame que descanse un rato al sol

13 octubre 2009

El niño, a pesar de lo listo que era, o quizá precisamente por eso, sabía cómo meter el dedo en el ojo. Y le habían bastado cuatro añitos para aprenderlo. O eso, o ya lo traía de serie. Después de una lucha intelectual sin cuartel para convencerlo de que sus primos mayores se irían a la cama en seguida, sin ver Gran Prix, y conseguir así que se acostase a las nueve, su padre aún tuvo que subir media docena de veces las escaleras del dúplex para tapar varias vías de agua. De agua. De pipí. De tengo miedo. De un besito de buenas noches. De qué están haciendo los primos. De cuándo sube mamá. A la que hizo siete, la subida ya no fue en son de paz. El padre, cansado, agotada su dosis diaria de paciencia, dio rienda suelta a su justa ira en forma de furiosos interrogantes. ¿Qué pasa? ¿Te gusta dar el follón? ¿Te gusta tocar las narices? ¿Te gusta joder la vida a los demás? Abajo, uno de esos pesados silencios familiares tan típicos en momentos como éste nos permitió oír una vocecilla trémula al fondo de la habitación: a mí me gusta la alegría. Toma, y a mí. La diferencia es que a él sí le sirvió para apaciguar el conflicto.

Déjame vivir con alegría by Leandro on Grooveshark

28 comentarios:

Amor dijo...

malditos primos mayores
malditas habitaciones a oscuras

Leandro dijo...

Pobres primos mayores, ¿qué culpa tienen ellos?

Amor dijo...

No tienen culpa pero dan envidia

Leandro dijo...

Eso sí. Vamos, me lo imagino, porque yo siempre he sido primo mayor

Sarashina dijo...

Es buenísimo. El hijo de unos amigos nuestros, a la sazón de esa edad, se subió a la copa de una higuera y cuando su madre le preguntó aterrorizada qué hacía allí arriba contestó el mocoso que estaba disfrutando de la vida. Ellos son así.
Por cierto, que yo también tenía primos mayores, y siempre son una jodienda, la verdad.

Leandro dijo...

Qué sufrida es la vida de los primos mayores. Somos unos incomprendidos

Anónimo dijo...

Sólo tengo una prima mayor que yo, el resto, todos menores, además esta prima pasaba de ser mayor, así que me tocaba a mí. Yo lo pasaba estupendamente y además, mandaba.

supersalvajuan dijo...

¿Eso no lo cantaban en misa? Alegría, alegría, hermanos...

Leandro dijo...

No, si yo no digo que no se pase bien. Pero nos la guardan de por vida, a las pruebas me remito. Y la verdad es que no veo a J y compañía cantando en misa. Por ahora

Anónimo dijo...

Es un villancico, que cantamos hasta los que no la frecuentamos.

Leandro dijo...

¿Villancico? ¿Qué villancico?

Anónimo dijo...

Alegría, alegría, alegría,
alegría, alegría y ....
que esta noche
nace un niño
en el portal
de Beleeen

Anónimo dijo...

Esta semana sí te has lucido con la canción: "chica vete a tu casa no podemos jugar"..

Estoy cantarina, sacad los paragüas.

Leandro dijo...

Ah... ese. Un poco fuera de contexto aún. Dale un mes y medio

Anónimo dijo...

¿Qué pasa? ¿en tu casa no se come turrón en el mes de julio?

Amor dijo...

Yo no soy prima mayor, pero soy hermana mayor que marca más, y para siempre.

Leandro dijo...

Yo también. Aquí falla la propiedad conmutativa: todo primo mayor es hermano mayor, pero no todo hermano mayor es primo mayor.

Anónimo dijo...

Pero en mi caso también coincide.

Leandro dijo...

¿Cómo que coincide? ¿Pues no habías dicho que no eras prima mayor, y que además los primos mayores dan envidia?

Amor dijo...

Es que ese/a no soy yo.

Anónimo dijo...

Mi prima mayor, Mercedes para más señas, me cedió el puesto de prima mayor y yo lo acepté y ejerzo encantada.

Leandro dijo...

Vale, visto. Habéis acabado liándome

Anónimo dijo...

Esa.

Anónimo dijo...

Pues lleva cuidado y pon más atención. Vamos, digo yo.

pues yo dijo...

La pregunta sería por qué los niños, listos como nadie, titubean tanto al pasar de la vigilia al sueño: ¿sólo ganas de juerga? ¿o huelen la muerte mejor que nadie?

Leandro dijo...

Casi prefiero pensar que son ganas de juerga

Anónimo dijo...

Me parece impresionante que un niño huela la muerte, pero es cierto que, incluso sin ser muy listos, tienen un olfato estupendo para detectar situaciones raras y también para la gente.

Amor dijo...

Lo que huelen es la injusticia de que los primos grandes se puedan quedar a ver la tele.

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