Como los billetes de quinientos euros. Como los nazarenos del Viernes Santo. Como las berenjenas. Como el ajo de Las Pedroñeras. Como las franjas del Real Valladolid. O como la franja republicana de la bandera. Como te pones después de un atracón de buena comida. Como las nubes deshilachadas de algunos atardeceres. O como las marcas de los golpes. En la piel, claro.
El retorno de John Sanders (7 de 8), de M.D. Álvarez
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Me encaré con mis padres y hermanos: "No podíais dejarme en paz. Lo único
que os pedí fue que dejarais a ese mundo tranquilo y nada, vosotros ni
cas...
Hace 7 horas
2 comentarios:
Es que el estómago hay que reutilizarlo. Siempre. Y a menudo. Y si a esta vida hemos venido a sufrir, yo quiero lechazo todos los días.
Pues habrá que elegir: reutilizar el estómago o reutilizar el lechazo. O los billetes de 500 €. O los atardeceres. O los golpes, por si no basta con uno para enterarte de las cosas.
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