Morado

21 julio 2009

Como los billetes de quinientos euros. Como los nazarenos del Viernes Santo. Como las berenjenas. Como el ajo de Las Pedroñeras. Como las franjas del Real Valladolid. O como la franja republicana de la bandera. Como te pones después de un atracón de buena comida. Como las nubes deshilachadas de algunos atardeceres. O como las marcas de los golpes. En la piel, claro.

2 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Es que el estómago hay que reutilizarlo. Siempre. Y a menudo. Y si a esta vida hemos venido a sufrir, yo quiero lechazo todos los días.

Leandro dijo...

Pues habrá que elegir: reutilizar el estómago o reutilizar el lechazo. O los billetes de 500 €. O los atardeceres. O los golpes, por si no basta con uno para enterarte de las cosas.

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