Un programa doble con tu abuelo en el cine Rosales. Una fiesta de fin de curso, como protagonista o como espectador. Un atardecer en la carretera. Una noche solo en una solitaria habitación de hotel. El primer beso. O el último. Aunque parezca obvio, a veces lo perdemos de vista: los recuerdos sirven, entre otras cosas, para conjurar el olvido. Todos, los buenos y los malos.
Los días malos - Niña Polaca & Amaral
-
Mi canción de hoy es para una de las canciones incluidas en Que adornen tus
huesos, último trabajo publicado hasta la fecha por la formación madrileña
-...
Hace 2 horas
6 comentarios:
¿Olvidar a estas alturas?
No, no. Justo lo contrario: no olvidar
En Buenos Aires perdí la cámara de fotos. Y da igual, certificado.
Hombre, igual... un poco sí que debe cabrear
Todavía espero el aparato que sea capaz de guardar los sentimientos, las emociones e incluso los olores en un cajón.
Espero también el que sea capaz de aspirar mis sueños y mostrarmelos en un frasco, pero creo que moriré sin verlo.
Tengo el síndrome de Diógenes de los recuerdos, creo temer.
No pasa nada. Lo importante es saber llevarlo bien
Publicar un comentario