Siempre guapos. Siempre impecables. Blusa Lemoniez y colgante con inicial de Marta Salinas, shorts de Pinko, bolso de Valentino, bailarinas It Shoes y gafas DsQuared2. Polo de Purificación García, pantalones de Boss Orange, zapatillas Sperry Bahama en tonos náuticos, cinturón de Gucci, gafas de Carrera y reloj de Bell & Ross. Pitillos de Blanco, camiseta básica XL de Mango, bolso de Fun and Basic de temporada y bailarinas de Cendra Basic. Cada uno en su estilo, pero siempre a la última. Flamantes en los escaparates. O desnudos en los desvanes. Y lo mejor: en sus fiestas, si no bailas, no haces el ridículo.
El retorno de John Sanders (7 de 8), de M.D. Álvarez
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Me encaré con mis padres y hermanos: "No podíais dejarme en paz. Lo único
que os pedí fue que dejarais a ese mundo tranquilo y nada, vosotros ni
cas...
Hace 11 horas
7 comentarios:
Y no es bueno hacer el ridículo.
Nunca. Y mira que no terminamos de aprenderlo
Qué tiempos aquellos ...
No lo sé. A aquellos tiempos también llegué tarde
Golpes Bajos..., como decía el anónimo, qué tiempos aquellos; y no significa que los eche de menos, pero es que parece que fue ayer, A Santa Compaña, Cena recalentada, Malos tiempos para la lírica..., canciones inolvidables de un grupo con un sonido inconfundible, que a veces provocan un flash back... ¡qué tiempos!
La verdad es que hay algunas que dan ganas de matarlas, qué bien llevan la ropa, por dios, y en una fiesta nunca dirían tonterías.
Sí Nacho, qué tiempos. Pero no existen tiempos mejores, si no existen tiempos, canta Calamaro.
A esos dan ganas de matarlos, sí. Y sin embargo, los que generamos claros a nuestro alrededor en las fiestas no despertamos afecto alguno. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
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