En el centro de la ciudad, se esconden. Pero al norte dominan el horizonte y el paisaje. Han sustituido a los gigantes. No mueven aspas, ni muelen cereal. Se yerguen entre impecables y solitarias zonas ajardinadas, chamizos y barracas de huerta, amplias avenidas que atraviesan desiertos, y calles asfaltadas y aceras enlosadas que delimitan cañizales y bancales de limoneros. No están muertos. En realidad, ni siquiera llegaron a nacer. No ha circulado por sus arterias la actividad de las familias, de las oficinas, de los bares. No ha corrido la gente por sus venas. Permanecen quietos. Vacíos. No hacen nada. No dicen nada. Son mudos, pero cuentan su historia al que la quiera escuchar.
El retorno de John Sanders (7 de 8), de M.D. Álvarez
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Me encaré con mis padres y hermanos: "No podíais dejarme en paz. Lo único
que os pedí fue que dejarais a ese mundo tranquilo y nada, vosotros ni
cas...
Hace 32 minutos
6 comentarios:
Entramos en la Era de los Esqueletos
Y ya veremos cuándo salimos. Y si salimos
No veo yo que vayamos a salir pronto, precisamente
Primero habrá que ver por dónde, y luego podremos empezar a preocuparnos del cuándo
A mí me recuerdan al "Coloso" de Goya...¿Cómo aparecieron estos monstruos sobre nuestra tierra?
Construir sin pensar es peligroso. Pensar sin construir, inútil.
Se construye pensando, pero no siempre en lo que se debería pensar. Y se piensa construyendo, pero no siempre lo que se debería construir
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