Incapaz de zanjar la cuestión: torear o mirar desde la barrera, jugar o aplaudir, protagonista o espectador, vivir o escribir, cifras o letras, rojo o negro, por él o por todos sus compañeros, renovarse o morir, actuar o soñar. Pero con cuidado, que lo que se sueña se pierde de pronto y ese sueño le supo a poco. Un poco atrapado, sí. Pero no podría vivir por otro. Así que sigue aquí. En España. A las ocho.
1923. Segunda temporada.
-
1923 vuelve hablando de voluntades, pero no solo voluntades divinas. Cada
uno tiene lo suyo, incluido su Dios, que decía el hombre de la camisa
verde. Nada...
Hace 4 horas