Quizá. Pero en combate la obligación de velar por tus hombres es sagrada y no sé por qué yo no lo hice. Mi intención era hacerlo. Cuando te requieren para eso tienes que meterte en la cabeza que aceptarás las consecuencias. Pero tú no sabes cuáles serán esas consecuencias. Acabas haciéndote responsable de muchas cosas que no pensabas. Si se suponía que yo debía morir allí haciendo aquello que había prometido hacer entonces es eso lo que debía haber hecho. Se mire como se mire, así es como es. Debí hacerlo y no lo hice. Y muchas veces he pensado ojalá pudiera volver allí. Pero no puedo. No sabía que uno podía robar su propia vida. Y no sabía que el beneficio podía ser tan escaso como el que pueda darte casi cualquier otra cosa robada. Creo que hice con mi vida lo mejor que supe pero aun así no era mía. No lo ha sido nunca.
Cormac McCarthy
en No es país para viejos (2005)
en No es país para viejos (2005)
2 comentarios:
Con ese flequillo, cualquier cosa es posible.
Muy cierto. Pero esas palabras no son del portador del flequillo, sino de su reverso.
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