Una persona dispuesta como una baraja de cartas, organizada para que las cosas se
desarrollen de un modo por completo distinto, y en absoluto preparado para lo
que se le viene encima. ¿Cómo podía él, con su bondad minuciosamente
calibrada, haber sabido que los riesgos de ser obediente eran tan altos? Uno se
decanta por la obediencia para reducir los riesgos. Una mujer guapa, una casa
hermosa, dirige sus negocios como si practicara hechicería. Maneja correctamente
la fortuna de su padre. Vivía a fondo esta versión del Paraíso. Así es como
vive la gente de éxito. Son buenos ciudadanos, se sienten afortunados y
agradecidos, Dios les sonríe. Hay problemas, pero ellos se adaptan. Y entonces
todo cambia y se vuelve imposible. Ya nada sonríe a nadie. ¿Y entonces quién
puede adaptarse? He aquí una persona que no está hecha para un funcionamiento
deficiente de la vida, y no digamos para lo imposible. ¿Pero quién está hecho
para lo imposible que va a suceder? ¿Quién está hecho para la tragedia y lo
incomprensible del sufrimiento? Nadie. La tragedia del hombre que no está
hecho para la tragedia... , ésa es la tragedia de cada hombre.
Philip Roth
en Pastoral americana (1997)
9 comentarios:
Y si prefieres otras barajas? http://www.youtube.com/watch?v=idfUvQxHZtA
Supongo que cualquiera prefiere otra baraja a ésta con la que nos está tocando jugar
Sí, en muchas ocasiones nos gustaría, si no cambiar de baraja, al menos tener la oportunidad de barajar otra vez. Al final tenemos que jugar con las cartas que nos han tocado...
Más que barajar, estamos siendo barajados. Bastante, por cierto
Tenemos que luchar contra eso
¿Contra qué?
Contra la manipulación y la injusticia.
Contra eso sí. Contra lo que dice el Sr. Roth, que es de lo que se trata, mucho me temo que no se puede luchar; es la misma naturaleza humana
Cierto. Los comentarios me han despistado.
No estamos preparados y no se puede luchar, sólo afrontar y asimilar.
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