¿Para qué llamar caminos a los surcos del azar?

08 julio 2012

Mi hijo patea esta tarde las calles de Londres, y yo oigo sus pasos resonar en la distancia. Parece que se alejan. Despacio, pero se alejan. Soy un hombre cada vez más viejo.

 


15 comentarios:

Anónimo dijo...

No mas viejo, no mas lejos. Eres un hombre que observa el cambio.

Leandro dijo...

Lo observo y lo experimento. No me privo de nada

Anónimo dijo...

No te prives

Leandro dijo...

No, aunque quisiera. En lo tocante a esta cuestión, me temo que no hay opción

Anónimo dijo...

Disfrutalo

Javito dijo...

Totalmente de acuerdo con Anónimo. En casos como éste, es muy recomendable seguir el camino que nos marca un sabio proverbio oriental: "Cuando la violación es inminente, relájate y goza..."

Leandro dijo...

Hay un punto de aceptación en esa filosofía que no siempre es fácil de conseguir. Normalmente, lo alcanzamos demasiado tarde, cuando la vida nos enfrenta a algo aún peor

Jose dijo...

Sí, se alejan, Leandro, se alejan, y sólo nos queda la esperanza de que siempre vuelvan a gusto a visitar a sus viejos.

Leandro dijo...

Yo, por si acaso, ya he empezado a hacerles la pelota

Anónimo dijo...

No les haces la pelota, te acercas.
Ellos se alejan, es ley de vida, como se suele decir; pero nosotros nos acercamos y la distancia mengua. Tan sencillo como eso. Seamos positivos.

Javito: hay otro proverbio chino, que dice: "Si tiene arreglo ¿para qué te vas a preocupar? y si no lo tiene,¿para qué te vas a preocupar?

Leandro dijo...

Pues eso... ¿para qué me voy a preocupar?

Anónimo dijo...

No hemos dicho nada de la música y no es como para que pase desapercibida, todo lo contrario. Tienes muy buen gusto.

Leandro dijo...

El gusto es de los músicos, sobre todo, y de los locutores que me los ponen

Anónimo dijo...

Tuyo, que la eliges y nuestro, que la escuchamos.

Leandro dijo...

Buen gusto para todos

Diario

Diario de un escritor aficionado y perezoso

Banda Sonora

La pequeña historia musical de este Blog

Archivo

Seguidos

Seguidores

 
Vivir del cuento © 2008 Foto y textos, Leandro Llamas Pérez - Plantilla por Templates para Você