Pioneros

27 mayo 2015

Al parecer, y según a quién se lea o a quién se escuche, el honor de ser la primera grabación de Rock'n Roll de la historia corresponde a una de estas canciones. O a dos o más de ellas. O a todas. Un gran honor, qué duda cabe. A toro pasado, claro, porque entiendo que uno no se mete en el estudio guitarra al hombro diciendo «voy a grabar la primera canción de Rock'n Roll de la historia y ahí me las den todas», pero no por eso deja de ser un gran honor. Supongo que luego se ven pasar los años, las décadas incluso, si no te han matado las drogas, el sexo ni el propio Rock'n Roll, y uno piensa «joder, tú... la que liamos». Así que, se mire por donde se mire, un gran honor. La cuestión es si ese honor hay que repartirlo entre todas. O adjudicárselo a una. O a varias. Desde un punto de vista estrictamente temporal, la cuestión está clara: la primera canción es de 1949, la segunda (las tres versiones de la segunda) de 1951, la tercera (o la quinta, según se mire) de 1952, y la cuarta (o sexta) de 1954. De manera que la discusión, en caso de haberla, se ciñe a criterios estrictamente musicales. Y ahí sí que ya no estoy capacitado para entrar. Me temo, pues, que me quedo como estoy. Eso sí, se admiten opiniones al respecto. Y también, porqué no, nuevas sugerencias. Soy todo oídos


Se publican textos abandonados

14 abril 2015

La gente de la revista Narrativas, gente desinteresada, gente con infinita paciencia, buena gente a la que, si algo se le puede reprochar, es que siga dando soporte a escritores aficionados y perezosos como el que suscribe (entre otros que no lo son, por supuesto, faltaría más)... en fin, la gente de la revista Narrativas, como decía, ha tenido a bien publicarme un breve conglomerado de textos al que, la verdad, no creo que se pueda calificar siquiera como relato, y que bajo la etiqueta genérica de Pequeños y casi imperceptibles cambios en el paisaje fui publicando en este blog hace ya algún tiempo. Al final, también esa pequeña serie fue languideciendo hasta quedarse en el camino, sin más, como tantas otras cosas que se empiezan y nunca se culminan. Eso, o que tal vez esos cambios en el paisaje no llegaron a ser tantos como uno aventuraba. O fueron tan pequeños e imperceptibles que finalmente me pasaron, en efecto, desapercibidos. Pero no, me inclino más bien por la tesis de la falta de constancia del escritor y el consiguiente languidecimiento de los escritos. Como quiera que sea, aquellos pequeños e imperceptibles cambios en el paisaje que se vieron abandonados a su suerte por un escritor aficionado y perezoso, son los que ahora ha recogido con cariño y esmero la revista Narrativas. Aquí los dejo colgados, como un hito más de este pequeño desaguisado. Y os dejo también la revista completa (en formato pdf y en formato epub, a gusto del consumidor) porque, casi con total seguridad, entre sus páginas podréis encontrar algunas lecturas bastante más aprovechables. Mira, no hay mal que por bien no venga.

¿Resulta evidente que te has ido?

21 marzo 2015

A veces no resulta tan evidente que alguien se ha ido. A veces quedan las canciones. Y Moncho Alpuente siempre será esta canción. Para mí, más que suficiente

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Diario de un escritor aficionado y perezoso

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