Una tarde de principios de verano, a la sombra, junto a la piscina, contemplando la felicidad pasajera de los que vienen a ocupar nuestro lugar, y ahogando las emociones, intensas, contenidas, en un gintonic con hielo abundante y unas gotas de limón exprimido. O en ron añejo. O en whisky. O en lo que sea, pero con hielo. Siempre con hielo. Creo que eso es todo lo que podemos ser. Nada mejor. Nada más.
La empresa de sillas. Primera temporada.
-
Al poco de empezar a ver la primera temporada de La empresa de sillas nos
damos cuenta de que ese personaje, sobre el que gira todo (menos la silla
que ya ...
Hace 1 día