Ni pequeños, ni imperceptibles. Dieciséis compañeros no volverán al trabajo el próximo 21 de diciembre. No son unas unidades o unas centésimas más en las cifras del paro. No son el treinta por ciento de la masa salarial de la empresa. Son Mari Carmen, Mariana, Francisco, Pedro, Carlos, Beatriz, Mayder, Joaquín, Laura, Mercedes, Alejandro, Noelia, Toñibel, Salva, Sole y Carmen. Tienen nombre. Tienen cara. Y ahora, también tienen cruz.
La península de las casas vacías
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Termino, después de un mes de lectura entre recreos y huecos entre clases, La
península de las casas vacías, de David Uclés, mientras en Murcia tiran los
m...
Hace 2 días
12 comentarios:
La categoría "pequeños y casi imperceptibles...", como a tí, no me parece apropiada, en este caso. Cuando el asunto toca el pellejo de alguien el asunto se vuelve muy, pero que muy perceptible.
Sigue así.
No hay nada apropiado en este caso, como en tantos otros, me temo
El paisaje hace ya tiempo que está muy cambiado y lo hemos notado todos, unos más que otros. Los que aún estamos en situación "privilegiada", porque, hoy en día, trabajar en este país es un privilegio, tenemos el deber de pelear hasta el último aliento por los demás.
Y seguirá cambiando. La pelea quizá sea la de que no todos los cambios sean para arrasarlo
Tú lo has dicho. Hay que contruir.
Aunque sea sólo un poco
¿Aguantaremos sin explotar?
Pues no lo sé. Aunque tampoco sé qué sería mejor, si explotar o no explotar
construir, perdón
Ah, bueno... entonces que sea mucho
Hola, Leandro. Después de un largo tiempo, he vuelto a los blogs. Ya lo echaba de menos. Me lo voy a tomar con más calma, que llegué a agobiarme con esto.
Lo que dices es el pequeño drama de cada día en este país.¿Pequeño? No tanto. Como bien dices, no son números, son personas, y su vida cambia radicalmente cuando "desaparecen". Uno más uno, más uno, más otro, y así, todos ellos, forman un gran drama. En fin... ¿podremos hacer algo más que lamentarnos?
Seguro que podemos, cada uno en la medida de sus posibilidades. Como podrás comprobar, por aquí no te has perdido gran cosa; razón de más para saludar tu vuelta con alegría
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