Vuelvo a la entrada anterior y compruebo, no sin cierto asombro, el interés que pueden llegar a suscitar las cuestiones relacionadas con el corazón. Como muestra, ahí quedan todos esos comentarios y el más que notable ingenio de los comentaristas. Sobre todo, el de algunos. Estupendo. Parece evidente que causa admiración cómo trabaja el corazón. Y eso que allí sólo se hablaba sobre corazones rotos o averiados, sobre su posible reparación, con o sin garantía, y sobre si puede (o debe) uno estar preparado para semejante eventualidad. Nadie habló de corazones valientes. O locos, sin más. Aunque a veces la diferencia es sutil, muy sutil, prácticamente inapreciable. En cualquier caso, está claro que lo que nos mueve es el tilín del corazón. Del puto corazón. Estamos apañados.
La maldita Cabbage Patch Kids, de M.D. Álvarez
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Aún juega, sin avergonzarse, con nosotras, sus muñecas. Después de su
regreso del hospital, donde le cosieron aquellas preciosas cicatrices en
sus muñ...
Hace 2 días
9 comentarios:
Buena selección musical
Ya ves, la que dicta el corazón
Sí, la colección de comentarios no tiene precio. Me alegra saber que no soy yo sola.
No lo he dicho como crítica, sino como elogio. Son estupendos. Sólo me faltaba ofender a mi escaso (pero selecto) público
Y no dicen que las mayores gilipolleces de la vida se hacen por amor??? si que estamos apañados si...
Por amor, por codicia, por poder, ...
Y no hay vacuna.
Eso no son gilipolleces, Neko. Las que se hacen por codicia, por poder... esas sí que pueden llegar a serlo. Y es verdad que no hay vacuna
Pues yo me he quedado sin oir la canción de la entrada anterior, la que dio lugar a tan bonitos comentarios. Y la de esta entrada... Buena pelo, si
¿Buena pelo sí?
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