Para músicos, actores y exégetas en general

06 septiembre 2010

Una partitura. Una canción. Un papel protagonista. O secundario. Los sueños. Las señales. Los síntomas. Los resultados de una encuesta. Las cifras macroeconómicas. Un texto. Un texto sagrado. Una frase. Una palabra. Un gesto. Una situación. Casi todo es interpretable. La cuestión es no interpretarlo mal.

12 comentarios:

Amor dijo...

Ay, dios, es que estos no cantan mal nada. ¿Se puede ser más exquisito?

Viva el salmón noruego!

Leandro dijo...

Tal vez se pueda, pero no debe ser fácil. No parece que lo suyo sean las malas interpretaciones, precisamente

rubencastillogallego dijo...

Por supuesto que no

Leandro dijo...

No sé si estamos completamente de acuerdo en absoluto desacuerdo, pero bueno... por supuesto

Anónimo dijo...

grandes grandes.

Leandro dijo...

enormes

Javito dijo...

Y después de nosecuantos miles de años ¿todavía sigue habiendo exégetas? Pues sí que...

Leandro dijo...

Haberlos, haylos. A montones

Anónimo dijo...

Y quién no ha sido exégeta alguna vez....

Leandro dijo...

Eso, eso... ¿quién? ¿Eh? Que levante la mano. O que tire la primera piedra. O que levante la mano para tirar la primera piedra, lo que mejor le venga

Javito dijo...

Todo el mundo ha sido exégeta alguna vez...

... o ha sido ex
... o ha sido jeta

Leandro dijo...

O las tres cosas, por qué no

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